martes, 29 de mayo de 2007

El Socialismo del siglo XXI, reclama un hombre nuevo

Ya pasada la euforia del cierre de RCTV, volvemos a contactarnos con la realidad y vemos que superada esta prueba, lo que nos queda por delante
aun mas difícil. Se trata nada mas y nada menos que de construir una nueva sociedad, porque de eso es que se trata el socialismo del siglo XXI, de rehacer un modelo social dañado, corrupto, sin valores y alienado y convertirlo en un modelo de igualdad, de justicia de inclusión social. En diferentes lugares vemos debates un tanto absurdos acerca del socialismo. Que si es una utopía, que si es "libertario", que si es virtual, cualquier cosa que se puedan imaginar es dicha acerca del socialismo. El socialismo solo es socialismo, un reclamo de la raza humana por una sociedad distinta donde no existan desigualdades sociales. Esto solo es posible si cambiamos radicalmente la forma de manejar los medios de producción, que se encuentran en manos capitalistas y por lo tanto egoístas, individualista, depredadoras del medio ambiente, a manos de la sociedad, en todo el sentido de la palabra sociedad, es decir los medios de producción deben socializarse y pluralizar su tenencia. Es allí donde el socialismo del siglo XXI debe marcar una diferencia notable con otras formas de socialismo que se han ejecutado a lo largo de la historia. Si los medios de producción cambian a manos del pueblo, del obrero, del campesino de asalariado, ¿como hacemos para que éste, no se convierta a su vez en un explotador de la misma calaña del que se está liberando?. Primero y fundamental es necesario que el estado deje de ser un "estado burgués", un aparato burocrático que utiliza muchas artimañas y triquiñuelas del capitalismo para mantenerse en poder. Pero como el estado no es un sujeto almado, ni un ente viviente, es lógico pensar que aquí estamos hablando de los hombres y mujeres que conforman ese estado, seres que también han sido contaminados con el germen del capitalismo, que no han logrado deslastrarse de las miserias humanos que una sociedad de consumo nos ha dejado y por lo tanto no pueden ser guías, ni lideres de un proceso de transformación. Entonces es urgente que comencemos desde ya a crear un nuevo ciudadano, un nuevo ser, que aprenda a condolerse mas allá de lo evidente, que entienda que el único bienestar posible y duradero en el tiempo es el bienestar colectivo, que asuma como parte de su alma y de su espíritu la lucha por un mundo mejor y que no deje esa tarea en manos de otros con la barata excusa de que "para eso los elegimos". Ese hombre nuevo del que el Ché Guevara tanto habló es posible alcanzarlo, es imprescindible crearlo. Una revolución en el proceso educativo formal es parte esencial de este nacimiento del hombres y mujeres nuevos, no podemos crear un otro modelo social con la educación formal que tenemos, basta hablar con un niño de cuarto de grado para notar como su formación está guiada por el modelo hegemónico domínate, es decir que debemos transformar radicalmente la educación para trasformar la sociedad.

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